El término ''homosexualidad'' en su sentido actual, no es aplicable a la Grecia clásica porque muchos griegos eran bisexuales y porque la pasión erótica entre hombres se establecía entre un hombre adulto y uno joven.
En su forma ideal, se trata de una relación entre un hombre -erastes(amante), en Antenas o inspirador en Esparta- y un muchacho adolescente -eromenos (amado) u oyente, respectivamente-.
El hombre griego no solo debía casarse, sino que también debía tener relaciones afectivas y sexuales con muchachos, no como sustitución del matrimonio, sino como su complemento necesario.
Por lo tanto, por norma general, a parte de la mujer (la cual consideraban que solo servía para el hogar y ser madre), tenían un ''amante''.
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